14.4.09

Para profesores y alumnos desmotivados.....

Una realidad como tantas en el mundo, una desigualdad que cuesta entender, un motivo para motivarnos, un estímulo extra, un valor añadido que enseñar y aprender.

Fernando García Soto
Corresponsal en Tucumán
-Argentina
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- Tafí del Valle es el lugar emblema del turismo tucumano, a 107 kilómetros de esta capital. Sin embargo, pocos conocen las dificultades que tienen los 49 alumnos de la escuela Gobernador José Manuel Silva, en el paraje conocido como Ojo de Agua, a ocho kilómetros de la villa turística.
"Hay veces en que el río Tafí viene crecido y se hace difícil llegar hasta la escuela. Cuando no se puede pasar por un puente peatonal, tenemos que desviarnos hasta El Mollar, a dos kilómetros. Volviendo por ahí, hay dos zanjones que en el verano también crecen y se hace imposible llegar. Ese es uno de los principales problemas", explicó a La Nacion la directora, Gladys Hernández.
Los problemas de traslado no son los únicos con los que tienen que convivir los habitantes de esa zona. "No tenemos un servicio de atención primaria de la salud. Cuando alguien necesita atención médica, hay que trasladarse hasta la villa. En ese lugar viven unas 12 familias, aproximadamente", relató Hernández.
Debido a que está situada en una zona de alta montaña, a unos 2000 metros sobre el nivel del mar, y que deben soportar temperaturas que varían entre los 10 grados bajo cero y los 20 grados en invierno, las clases comienzan a fines de agosto y se extienden hasta finales de mayo.
"Los niños con jornada completa tienen desayuno, almuerzo y merienda. Hay algunos, alrededor de 15, que provienen de localidades más alejadas, que se quedan albergados todo el año. Los padres no pagan por el albergue; sólo tienen que trasladar a sus hijos hasta la escuela", aseveró la directora.
Jorge Vega fue docente de esa escuela hasta diciembre pasado y pidió traslado a otro establecimiento rural, por la zona de Burruyacu (66 kilómetros al este de la capital). "La escuela cuenta con una computadora. Los niños aprenden a hacer textos, pero no se puede hacer mucho con una sola máquina", graficó.
Ambos docentes destacan el empeño que ponen los alumnos a la hora de aprender. "Son niños que no conocen juegos de violencia". De a poco estamos armando el material bibliográfico. Tenemos diccionarios, pero son básicos, para los que recién comienzan. La escuela no cuenta con ninguna institución que la apadrine", agregó la directora.
El esfuerzo en el aprendizaje se traslada a los hogares, en que los niños se convierten en maestros de sus familiares. "La mayoría de los chicos vive con sus abuelos, ya que los padres trabajan en la capital o en Buenos Aires. Hay veces en que el chico termina alfabetizando a los abuelos", relató.
Como no hay gas, la escuela debe comprar la leña. "Hacemos compras de dos metros de leña; un metro cuesta entre $ 90 y $ 95. En el mes gastamos, para que los chicos se bañen, como mínimo unos 2000 pesos", evaluó.
52 % de las escuelas del Noroeste
no tiene ninguna computadora, igual que el 30% de las del Nordeste. El 28% y el 30%, respectivamente, tienen sólo una. El 20% dice no contar con ningún medio de comunicación.
La Nación-Cultura

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